domingo, 11 de octubre de 2009

Tengo una corazonada


Es cierto que a veces el mundo y el planeta te da una tregua a tu angustiada vida de estresado y loco en la que supuestamente vives. Es casi poético el ver el sol en lo alto del horizonte, darte luz y calor tan reconfortante a estas alturas de octubre. El cielo despejado, la gente con camisetas de manga corta por la calle y las familias que se reúnen en el bar de abajo para celebrar este puente de la constitución. Resulta incluso agradable la visión de los niños jugando y correteando con sus bicicletas, detrás de los padres y abuelos. Es un tanto irónico resaltar esta tarde madrileña y ponerla entre algodones recién recolectados, por un momento dejas de pensar en la mierda de vida que tienes y del día a día en el que vives. Madrid es una ciudad espléndida, una ciudad que avanza hacia el modernismo de las grandes polis europeas, el art decó se reúne en las mejores pinacotecas, el glamour de todas sus calles se junta con la extravagancia de toda su gente. El aire bohemio y ya desfallecido de los poetas se reúne con el alma de los vagamundos en los suburbanos de la Plaza de España, los bancos se llenan de vida para alumbrar el sueño de muchos alcohólicos insociables y vagantes de penumbra y soledad. Los escritores envidiosos y chavales dispuestos hacer el botellón se reúnen en el templo de Debod, intentando esquivarse de ellos mismos, intentando librase de la multa y de la ley. Un regalo egipcio de 1968 a la gran decadencia fascista del momento, fue un regalo para simpatizar y hacer ver que los españoles ayudamos correctamente con la presa de Asuan. Ahora esta allí, expuesta a todo viajante que desee contemplar tal belleza, ahora es un regalo para los ojos de todo extranjero que quiera un minuto mas, disfrutar de la preciada soledad con su porro y su cerveza Mahou en mano. Manjares de las mejores calles están hechas para el visitante y vividor madrileño o foráneo. La Puerta del Sol donde vividores y vendedores de oro conviven en casi perfecta armonía con los turistas llegados de todos los rincones del mundo, la mítica visión de las campanadas de año nuevo se da cita allí, junto con nuestro amigo el oso que acaricia el madroño de una manera casi sensual. Lavapies lugar donde se citan mentes brillantes y gente multicultural, hace mella en el negocio y trapicheo de drogas, ese barrio madrileño llenado por un crisol de culturas y razas diferentes, ese barrio casi clandestino en donde se junta vida y calle, un lugar donde las mentes junto con las carteras vuelan rápido. Gente por la Gran Via madrileña, solo ves gente intentando ser personas. Te miran les devuelves la mirada y continúan andando, hay otros que ni lo hacen, incluso hay alguna chica guapa que te sonríe queriendo expresar que la gustaste. Los veinticuatro horas abiertos, los negros deambulando por la calle Montera junto con algunas de las mas bellas prostitutas se dan cita en Madrid. Viejos y borrachos deambulando junto a las señoritas, gente dejándose el dinero en todo lo que sus ojos quieren tener y tocar. Los bajos de Pan Bendito donde me juntaba con mi amigo búlgaro para fumarnos unos canes y conversar de nuestra vida, entre gitanos y maleantes, entre vida y muerte anunciada. Que bonito es retratar a una ciudad como esta y verla como la ven mis ojos, que son los tuyos también. Se va el sol ahora mismo con el calor y mi admiración de hoy. Seguiremos intentando ser alguien aquí y en cualquier parte, pero siempre llevare Madrid en mi corazón, siempre formaras parte de mi, como yo de ti.

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