martes, 27 de octubre de 2009

Cuchillo Volador


Regresaron los tiempos donde los cuchillos volvían a la vida, en donde aprendían a volar y a planear con las alas mágicas del impulso dado. Volvieron esos tiempos en donde las paredes del comedor se pintaban solas de un color rojizo, en donde los cuadros se tambaleaban por los gritos de aquella mujer. Volvieron los revuelos y los recuerdos en aquella casa rojiza y sin amor, volvió a inundarse de agua con sal, de agua salida de los ojos de personas medias, de personas que comen y duermen y tienen necesidades. Ahora la sangre resbala por la avenida de la insensatez, por la avenida del fracaso y de la intolerancia. La gente media se amontona en balsas amarillas y tratan de cruzar la avenida de sangre, intentan no ahogarse en el recuerdo que les atormenta su viaje. Intentan ser personas y empiezan a mirar escaparates y entonces empiezan a dejar de ser personas, empiezan a creerse que tienen necesidades mas altas que las del hombre promedio y compraran unos prismáticos para ver donde dejaron aquel reguero de muchedumbre y cobardía. Y entonces todos nos taparemos los ojos y mandaremos a la mierda la necesidad de ver y caminaremos ciegos por las aceras grises y los azulejos cuadrados, y sentiremos en alguna otra casa el aleteo del cuchillo, y dejaremos de sentir también. Y llegara el tiempo en que no seamos personas porque no tendremos la oportunidad de volver a sentir, ni sabremos nunca lo que fue eso. Y seguiremos dejando destruir al hombre que maneja los muñecos con cuerdas, seguiremos dejándole arrasar con su odio y sus tormentos a las personas medias y aquel que es capaz de empuñar un cuchillo que vuela.

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